S01xEp. 03 - Facing the Opponent

Hola roleros, ¿Qué tal?, si es cierto hace mucho que steel no me introducía en la historia así que tendré que explicarles como he llegado aquí, a este bar. Pues lo que estaba asiendo era simplemente descansar, acabo de asesinar a un alto empresario japonés por el cual me había pagado 2.5 millones de dólares, la verdad es que no necesito el dinero, por que ya gano bastante siendo parte de la “policía para super homo sapiens y super sapiens” de Banshee, trabajo que ni siquiera me gustaba, ni me hacia sentir como yo mismo, rayos ni siquiera se quien soy realmente… olviden eso.

Me encontraba en una esquina de un bar de mala muerte, sucio…”como me gustan!”, todo estaba tranquilo, por supuesto no estaba mostrando mis mallas rojas, -¿Qué no son lindas?- estaba utilizando otra apariencia, más…japonesa.



Derepente llago una chica, se acerco y de inmediato supe que venia a por mí, lo que no sabía eran sus intenciones. Y la chica se sentó junto a mi – Esta libre ¿Verdad? – pregunto y yo sonriente le dije, -quieres ligar, hay un motel por acá, pero según dicen alquilar un karaoke es más barato, y en el privado tu sabes y la verdad es que me gusta experimentar y me gustaría ver de cerca ese agujero en tu…- y apuntando con un arma en su cien continuo mi frase –cabeza, nena…pero no prometo llamarte mañana, ni que nadie lo haga, así que habla, ¿a que vienes pequeña?- le digo mientras que mi falsa imagen desaparece con un click dejando mi traje al descubierto mientras la gente del bar comienza a correr.

Al llegar a la mansion X, ubicada en la comunidad de North Salem, un pequeño pueblo en el condado de Westchester al norereste de la ciudad de Nueva York, donde vivia mi sobrina. Habia sido un viaje largo en taxi y al llegar yo invite el viaje pagando al taxista.
Entramos a la mansion y empeze a describirle como era la escuela a Amy con mucho detalle, pasamos por el jardin vimos algunos estudiantes que nos saludaron y los mas pequeños nos dieron abrazos a mi y a Amy. Cruzamos todo el establecimiento hasta llegar a mi habitacion. Al llegar le dije a Amy que me esperara debido a que hablaria con el profesor, antes de continuar.
No logre hablar con el profesor pero le deje una nota indicandole que mi sobrina se quedaria conmigo en la mansion.
Volvi a la habitacion donde encontre a Amy estudiando y le hable -Amy, no logre hablar directamente con el profesor pero le he dejado un recado que de seguro no le molestara que estes aqui- digo sonriente mientras me acerco a ella y le hago una caricia en el hombro -Que deseas hacer Amy?- pregunte mientras me siento en la cama donde duermo y que probablemente dormira Amy esta noche -Quieres que te enseñe la mansion o que hablemos y recuperemos tiempo perdido...- sugiero mientras juntos mis manos azules y peludas.

Emma, llena de sorpresas, a decir verdad. Pero sigue rápida como siempre, no perdió el tiempo desde que abrió ese colegio suyo. Lo bueno es que parece estar abierta a mis planes, y en el exterior no demuestra querer jugar conmigo. No confío en ella, eso seguro. Xavier es bueno para convencer, o al menos para hacer dudar a las personas de si mismas, y Emma tiene el defecto de ser enamoradiza. No... No suele enamorarse, pero es adicta a manipular a los hombres que le llaman la atención. No me sorprendería que ya conociera a fondo a algún que otro X-Man. No es hasta que llega al tema de Jean Grey que realmente capta mi atención. Está negociando conmigo, y el precio me resulta razonable.

-Entonces, querida mía, yo te entrego a Selene, tú rescatas a las tres X-Girls, vuelves al Instituto de Xavier como una heroína, y luego me entregas al Phoenix. El Inner Circle desata su poder y domina la Tierra, y tú te alzas como la White Queen al lado de este Black King. Tu plan suena interesante.

Tomo un sorbo de la bebida, nuevamente, y me quedo pensativo. Sir Gordon Phillips, el Lord Imperial del Hellfire Club, tiene los días contados. Ni su fortuna, ni su poder político y económico podrán salvarlo. Todo se reduce a que no es mutante, sus genes no son los correctos. Lo derroco, asumo su lugar, conquisto al Phoenix y me deshago de los pobres ricos que alberga el Club. Suena grandiosamente genial, aunque tengo que tener en cuenta a los X-Men o a la Hermandad de Mutantes como posibles enemigos, rivales que podrían frustrar todo. Antes de responderle a Emma, con una afirmativa o una negativa, Donald Pierce entra a la habitación, acercándose a mí e inclinándose para decirme al oído, en un susurro:

-Kelly consiguió la autorización para reiniciar el proyecto Despertar, los futuros Centinelas estarán financiados por el Hellfire Club, podrás indicarles qué mutantes deben perseguir y cuáles no, Shaw. Ahora intentaré contactar con el equipo de campo, pero creo que están incomunicados.

Asiento con la cabeza y le doy una palmada en el hombro, para que se fuera. Por suerte es un cyborg y Emma no pudo enterarse de nada. Ni pienso contarle todos mis planes, de los que ni está al tanto Selene. Regreso mi atención a ella, dejando de sonreír y mostrando aquella expresión que tuve hace ya unos años, la mirada de un codicioso, el semblante de un rey, la presencia de una fiera salvaje que está lista para atacar.

-Muy bien, Emma, tenemos un trato. Te entregaré a Selene hoy mismo, y a las pobres niñas que secuestró. Si quieres comunicarte conmigo, hazlo mediante la mente de Riptide, es de confiar. Ahora, ¿me aceptarías una copa, mi White Queen?

No puedo decir que no llamo la atención con este uniforme, pero no tengo muchas opciones. Separados, solos e incomunicados, no tengo idea cómo se encuentra el resto del equipo. Además, estando en Washington no puedo comunicarme telepáticamente con Jean o el Profesor... Aunque si podría hacerlo con Emma. Vino con nosotros a la misión y es parte del equipo, aunque no creo que esté prestando atención, porque no se comunicó en ningún momento conmigo. Soy responsable de mis compañeros, pero sé que pueden arreglarse solos de momento. En mis divagaciones, escucho unas sirenas, y pronto veo pasar autos de policía y camiones de bomberos junto a mí. No sé a dónde se dirigen, pero no pierdo nada con seguirlos. Llego hasta una autopista y me doy cuenta que estoy en la periferia de la ciudad, no fue lejos de aquí donde aterrizamos con el Blackbird.

La respuesta la tengo frente a mí, calculo que a unas... siete cuadras, al menos no son más de diez. Se puede ver una espiral de humo, de ese típico humo que se ve cuando un incendio está apagado... o cerca. No pude haber estado mucho tiempo desmayado, pero sí se molestaremos en dejarme lejos. Alguno de mis compañeros podría estar allá, tal vez sea necesaria mi ayuda. Pero algo me distrae rápidamente. Más bien, son dos personas. Una vuela por el aire hacia una tienda, entrando por la ventana principal y arrojando al aire miles de pedazos de cristal. Recorro el trayecto opuesto con la mirada y me encuentro con una joven, en nuestros archivos figura como Aphrodite, y se la relaciona con la Hermandad, aunque no estamos seguros para quién juega realmente. Cuento con el factor de que todavía no me vio, por lo que un rayo óptico directo y sin demasiada potencia podrá embestirla antes de que una de sus construcciones la proteja.

Me preparo detrás de un auto y la observo atentamente, llevando mi mano a mi visor, calibrando la potencia para no matarla, y disparando, viendo como el rayo la impacta en el pecho y la arroja contra un parque rodeado de árboles. Logan no tarda en salir de la tienda, con las garras fuera y sangre pegada al cuerpo, pero sin heridas aparentes. Está enfadado, pero antes de arremeter contra nuestra enemiga, me descubre y se acerca a mí, enarcando una ceja, como si se sorprendiera de mi presencia. No creo que esté tan sorprendido como yo estoy de él. ¿Qué demonios hace aquí? Si, lo hubiese traído, pero como siempre, se mostró desaparecido.

-¿Se puede saber qué estás haciendo?

-Por lo que veo, salvando tu trasero. La pregunta es al revés.

-No tengo que darte explicaciones -me dice, mirando hacia la arboleda.- Esa maldita me costó unos puros de buena calidad... ¿Dónde están Laura y las chicas?

-No lo sé, nos emboscaron -respondo, mientras ambos avanzamos.

-¿De verdad? Oye, estás haciendo un gran trabajo a cargo del equipo, Summers.

No le respondo, no voy a entrar en su juego. Lo principal ahora es detener a Aphrodite y sacarle un par de respuestas que me interesan. Si ella está aquí, entonces los responsables pueden ser la Hermandad. Aunque me cuesta imaginar que Magneto nos atacara en plena capital, eso no tiene mucho sentido. Claro que entender a un tirano con aires de Hitler no es mi fuerte. A primera vista nuestra enemiga se fue, aunque no me confiaría.

-¿Hueles algo? -le pregunto a Logan, mirando atento a todos lados.

Eric Magnus Lensherr // Magneto
Mutante | Hermandad de los mutantes
En: Afueras Mansión X
Feat: Larry Trask
Al parecer, Blink se encontraba en la mansión, pero desapareció. La explicación de Charles no me satisfajo, pero soporté las ganas de seguir discutiendo. Lo importante era que la rosada mutante estaba viva y sana. -No será necesario-le digo. Puedo notar su cansancio y sinceramente, dudaba de cuánto tiempo podría estar el hermanastro de mi amigo tan pasivo. Me tenía totalmente sorprendido el hecho de que no hubiera roto nada. -En cuanto vuelva, hazle saber de mi deseo a que regrese con nosotros... ella sabe el camino-le digo mientras me levanto y miro a quienes me acompañaron. -Larry, Juggernaut, nuestro trabajo aquí ha terminado-les informo. -No será necesario que nos acompañes Charles, podemos salir solos...-añado entonces al mentor de los X-men. Me despido de él y de Ororo con un gesto y abandono el despacho. Mis acólitos me siguen, ajenos a mis pensamientos. Si mis recuerdos de los planos de la mansión no estaban mal... Mmm... sip, era por aquí. -Juggernaut, debajo de nosotros, dos plantas subterráneas, está la sala del peligro de Xavier. Ignoro si hay alumnos dentro o no, pero podrías hacerle algunos ajustes a la misma... algo caótico que los mantenga ocupados por bastante tiempo...-le comento al gigante. Miro a Larry de reojo, por ver su reacción. -Nos vemos en la Hermandad, si quieres volver-le dije, a sabiendas de que su lealtad era cuestionable. Y parto con Larry hacia el exterior. -¿piensas que soy malvado?-le pregunté al joven mirándolo a los ojos directamente...