S01xEp. 03 - Facing the Opponent

Odiaba que me llamaran por mi nombre completo, solo dejaba que lo hicieran cuando sentía que podía confiar y en estos momentos los hombres no eran de mi agrado, solté un bufido no quería hablar, que parte no entendían? Pues no necesito que nadie se preocupe de verdad Derek solo quiero estar sola dije encogiéndome de hombros, eso no era verdad pero no quería que me estuvieran preguntando nada, además porque se iban a preocupar por mi Mira lo siento si? No quise tratarte mal, pero no tengo ganas de hablar con nadie, lo siento dije encogiéndome de hombros y luego bostece un poco, eso de andar cuidando al bebe no era lo mió, tal vez Storm o Jean

La inquieta vos de una mujer me obliga a despertar; ella repite mi nombre y me exhorta verbalmente a despabilar. Al abrir los ojos, una intensa y gélida luz de neón, incomoda mis pupilas pero rápidamente me acostumbro a ella.

- ¿qué ocurre?- pregunto aun aletargado y sin conciencia de lo que está pasando. Por instinto, intento levantarme pero no consigo que mi cuerpo se mueva siquiera un milímetro gracias a las ataduras de cuero que estrujan mi dorso y me hacen sentir como Anthony Hopkins en The silence of the lambs.

-Billy, Billy despierta!- escucho nuevamente y vuelvo mi rostro hacia el origen del llamado para descubrir a una atractiva rubia meticulosamente sujeta con gruesas correas en cada una de las articulaciones de su esbelto cuerpo, incluido su cuello estaba rodeado por un grueso y aparatoso collar metálico.

- ¿Carol? – inquiero con una ausencia suficiente de conciencia como para romper con una de las más importantes reglas de la hermandad; la de referirnos únicamente con nuestros nombres clave para mantener el anonimato. Posteriormente, miro en la dirección opuesta y busco a Havoc con la mirada, después de todo, él también formó parte de nuestra pequeña incursión - ¿dónde está Alex?- interrogó infringiendo nuevamente la importantísima norma.

Lo ultimo qué recuerdo fue nuestra infiltración en el Pentágono y la aparición de aquella monstruosidad.

Buscando la respuesta a mis inquietudes, recorro nuevamente la habitación con la mirada y dedusco que fuimos capturados por la división anti-mutante de los Estados Unidos.

Estamos en una cámara pequeña y austera de hormigón con algunas planchas quirúrgicos, sillas metálicas y algunos instrumentos, posiblemente, médicos sobre las repisas y algunos frascos con… ¿esos son órganos?

-¿qué demonios? – francamente alarmado y poniendo un poco más de atención en el escenario me percato de algunas pequeñas pero ciertamente inquietantes anomalías. El ambiente está impregnado con un intenso aroma a sangre mezclado con químicos; los frascos en las repisas contienen, efectivamente, órganos, pero se trata de órganos humanos. Aterrado y posiblemente sugestionado, echo un segundo vistazo a los instrumentos sobre la mesa, no son lo que pensé, viéndolos bien se parecen más a las herramientas de un carnicero o a los que se emplean para realizar una autopsia y algunos aún están manchados con sangre; empiezo a pensar que este edificio no pertenece a la División.

Presa del pánico comienzo a forcejear pero no lo consigo – este no es un centro de la división, tenemos que salir de aquí cuanto antes…- o quizás el daño ya estaba hecho y esos refractarios contenían nuestras propias vísceras, quizás las de Alex, de cualquier forma teníamos que escapar.

-Buenas tardes, Emma. No sabes la alegría que me da verte de nuevo - me saluda el petulante monarca negro y fingiendo alegrarse con mi compañía me invita a sentarme junto a él para “poder platicar”. ¿Platicar? Si, claro. En el lenguaje de Shaw, esa frase tenía un único y univoco significado: estaba dispuesto a negociar conmigo; para mi fortuna, esa era una de las actividades para la que me volví experta un verdadero prodigio gracias a mí posición de “Reina Blanca”.

Sin titubeos me siento junto a mi antiguo mentor y actual captor -¿O debería decir anfitrión? Y sin explicaciones, rechazo la bebida que tan gentilmente me ofrece la servidumbre a su disposición. Sí, sé represento un valor para ese hombre y que por ese motivo sigo con vida, pero no soy tonta, al menos no lo suficiente para confiar ciegamente en él como hice en mi juventud.

-Has estado ocupada, Emma. Lamento profundamente que tu escuela fracasara, y que tus intentos de enseñar a jóvenes mentes mutantes no fructificaran. Pero déjame explicarte por qué pasó eso. Lo que necesitas es una buena di-rec-ción. No digo que tengas un pobre liderazgo, pero si necesitas buenos consejos. Hoy es tu día de suerte, porque me re-encontraste a mí. Ahora, seguro te estarás preguntando, ¿qué voy a pedirte a cambio de este pequeño favor? ¿Quieres saberlo? - Prosigue el megalómano. No ha cambiado en nada, desde la última vez que lo vi. Su arrogancia, su parcimonia y sus delirios de grandeza se han mantenido intactos al igual que sus deseos de conquista.

-Te equivocas, Sebastián- le respondo un poco más relajada mientras inclino mi esbelta figura hacia la derecha para acomodar mis codos sobre el descansa brazos y acentuar mis ostentosas curvas; un espectáculo que él siempre supo apreciar – no necesito de mi telepatía para saber lo que estás pensando en este momento – respondo jactándome de mi perspicacia; virtud que él mismo Profesor X, en su momento alabó - ¿te haz olvidado ya de todo el tiempo que pasé atesorando tus pensamientos, de los años que pasé protegiendo tu mente de cualquier intruso? -

Sonrío y echo mi peso hacia atrás para recargarme en el respaldo de la silla con una actitud mucho más relajada y posteriormente cruzo mis piernas, sin quitarle los ojos de encima a su atónita majestad.

-A pesar los años, no haz cambiado mucho, Sebastián y, para mí, eres claro como un libro abierto. Sé perfectamente que el poder te atrae como un impulso imposible de resistir. Que lo que ambicionas en este momento se encuentra en la Mansión X, en el cuerpo de la insípida Jean Grey para ser más específicos y sé, que dadas las circunstancias, en este momento yo soy el mejor naipe que posees para alcanzar tu cometido – hago una breve pausa y muerdo mi labio inferior en una actitud seductora y seductora – la cuestión ahora, mi querido Sebastián, se reduce a un principio alquímico según el cual, tu debes ofrecer algo a cambio de lo que quieres obtener. ¿Qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo? -.

El hombre me mira con una sonrisa híbrido del desprecio y del orgullo que siente por mi en estos momentos; después de todo, yo soy una, sino es que la más grande de sus creaciones.

Vuelvo a sonreír - no me mires con esos ojos, Sebastián, sabes que sería incapaz de chantajearte o jugar contigo. Lo que digo es que para entregarte a Jean Grey, primero necesito ganarme la confianza de los hombres X; ya sabes, hacer un acto suficientemente heroico para redimirme y que los niños de Xavier, bajen la guardia frente a mi y tu, cariño, tienes la clave para conseguirlo-

-El único motivo por el que viajé hasta aquí, con un puñado de patéticos hombres X, es el de rescatar al trío de mocosas que Selente secuestró algunas horas atrás… ¿Te imaginas la forma tan radical en que cambiaría el concepto que tienen esos mequetrefes de mí, si yo, en una dramática contienda, ayudara a esas mocosas, enfrentándome a quien alguna vez juré lealtad? -

Hago una pausa mientras Sebastián medita mi elaborada propuesta.

- Vamos, Sebastián, solo tienes que entregar a Selene y yo te entregaré el poder que durante décadas haz ambicionado… y dada tu relación con ella, mi oferta es una verdadera ganga… -

Raven Darkholme // Mystique.
Mutante | Hermandad
En: Fortaleza secreta
Con: Dominó y Whisperwind

- Estoy sorprendida… - comenta Dominó, sin quitar los ojos del horizonte ni las manos del volante – supuse, que teniendo esa excusa en sus manos, Nina Frost correría a las oficinas gubernamentales y iniciaría una redada en contra del instituto Xavier -

-Aún te falta mucho por aprender, cariño… - explico mientras ella mira atentamente el retrovisor y yo examino los papeles contendido en el fólder sobre mi regazo, sin poder remover la triunfal sonrisa que adorna mi rostro. – verás, atacar el instituto en este momento sería una equivocación, Xavier está advertido de nuestras intenciones y, por tanto, habrá subido la guardia; así que lo mejor será esperar a que se tranquilice un poco – retiro la atención de los papeles y miro a Neena, que dejó de lado su facha de mercenaria para convertirse en una mujer de negocios – además, Magneto también estaba ahí; sin duda él defendería a su amigo de un ataque sapien –

Neena, no hace ningún comentario nuevo en todo el viaje.

En cuestión de horas, arribamos a nuestra base de operaciones. Al ver las placas gubernamentales de mi vehículo, algunos de nuestros compañeros mutantes se desconciertan; pobres incautos, como si el gobierno realmente tuviera la capacidad de hallar la fortaleza que Magneto levanto para nuestra raza.

-Es un gusto trabajar contigo ¿Sabes? – admito cuando apaga el motor y se dispone a salir. Al escuchar mis palabras se detiene en su asiento y me muestra una sonrisa dulzona – contigo, las cosas salen a pedir de boca –

Cuando descendemos del vehículo, una multitud de mutantes iracundos nos rodea; todos ellos están dispuestos a desmembranos por ser humanos y por pertenecer al gobierno.

- será mejor que todos se calmen, esa no es manera de recibirnos –

Los rostros de los acólitos reflejan cierta confusión, pero todas sus dudas son aclaradas cuando mi transformación se presenta. La rubia cabellera de Nina Frost cede y se torna carmesí; su piel quiebra en líneas de color hasta configurar mi escamosa y habitual dermis de color azul.

Enterados de quienes somos, los mutantes se repliegan y vuelven a sus actividades cotidianas.

- sígueme – le ordenó a Dominó y obedece sin chistar, mientras remueve el maquillaje que encubre el peculiar lunar de su rostro – aun tenemos muchas cosas por hacer -

Al atravesar algunos de los pasillos subterráneos de la fortaleza, algunos mutantes nos saludan y alaban; después de todo, somos los líderes de la causa que están siguiendo, somos sus lideres y mecías.

- ¡Anabelle justo a ti te estaba buscando! – al ver a la joven morena atacando un litro de helado en la “cocina” de la fortaleza y le indico con un ademán que me acompañe – me alegra que hayas vuelto de tu misión, pero como sabes, Magneto en este momento está ocupado con un asunto de mayor importancia. ¿Ya conoces a Dominó? -

Neena hace un ademán a manera de saludo y presentación; no es muy parlanchina.

- pero justo ahora me vendría bien alguien con tus habilidades, sino tienes ningún inconveniente – sigo caminando impetuosa – verás, temo que ciertos individuos resentidos estén considerando atacar nuestra fortaleza a manera de represaría, después de que Magneto dictaminó atacar las propiedades de Sebastián Shaw ¿Te suena ese nombre? - sin darle oportunidad para responder continuo exponiendo la situación a la que nos enfrentamos – no es importante, así que no necesitamos entrar en detalles; solo necesito que uses tus poderes mentales para mantener nuestra fortaleza secreta, secreta ¿de acuerdo? -