S01xEp. 03 - Facing the Opponent

Mi padrino me ayudo a regresar a casa y me dijo que tomara un abrigo o que me llevara una muda de ropa por si se hacia demasiado tarde, camine hasta mi habitación, puse unos libros siempre me gustaba leer de noche y bueno tome uno de mis pijamas preferidos y unos calcetines porque siempre me daba algo de frio, puse todo en mi bolso tome un abrigo y sali de mi habitación para ir a encontrar a mi padrino, suspire y luego de dejar algunas luces prendidas me encamine a la puerta Ya tengo todo lo necesario padrino dije con una gran sonrisa aunque sabia que tal vez iba a terminar con todas las piernas golpeadas porque al no conocer el lugar se me iba a dificultar el tema de andar por ahí, aunque estuviera con mi padrino era demasiado miedosa a los espacios nuevos

Jamie no tuvo problema alguno con la solicitud que hicimos para formar parte del renovado X-Factor, nos aceptó inmediatamente admitió que no era necesario realizar prueba alguna, dando a entender que Tabitha y yo estamos perfectamente calificados para el puesto.

Pero no todo fue alegría en ese momento y el hombre múltiple tuvo que ponernos al tanto de un par de “cuestiones”. El primer anuncio estaba relacionado con Monet, conocida de igual forma por su nombre clave “M”; y era que ella oficialmente forma parte del nuevo escuadrón. Una cuestión que no causó incomodidad alguna a diferencia del segundo punto a tratar consistente en tener que elegir un solo bando, es decir, que de confirmar nuestra alianza con X-Factor tendríamos que abandonar por completo nuestra relación con los Hombre-X.

Cruzo mis brazo y arqueó las cejas al escuchar la moción de Madrox ¿Estábamos, como dicen, “entre la espada y la pared” o simplemente íbamos a ampliar es espectro de acción a favor de nuestros derechos como mutantes? Por instinto volteo hacia mi querida Tabitha y la miro sin emitir un solo sonido. Ella actúa de la misma forma que lo hago yo; ambos meditamos en silencio las condiciones impuestas por Jamie y llegamos a la misma conclusión.

-¡Claro, hombre! ya sabemos como funcionan estas cosas - expreso con una alegre sonrisa dibujada en mi rostro cuando el ambiente se ha tornado demasiado tenso por la incertidumbre que despertó nuestro silencio y estrecho nuevamente la mano de Madrox para “cerrar el trato”…

Momentos más tarde me hallo frente a mi cama y me doy cuenta del poco tiempo que pasé en el instituto desde mi regreso. No transcurrieron más de tres días y ni siquiera tuve la oportunidad, y quizás tampoco el interés, de desempacar después de nuestro encuentro con los robots “Centinelas” y nuestro viaje a la isla maldita. Mi maleta seguía ahí, intacta, sobre las cobijas.

Sin más miramientos extiendo mi brazo para alcanzarla y la acomodo sobre mi espalda con la intención de abandonar una vez más la escuela de Xavier pero me detengo antes de cruzar el umbral. Me detengo y muy sonriente recuerdo que mi vista también tuvo cosas buenas; me reencontré con Tabithá, hice nuevos amigos como Ed y el profesor Baubvier y claro, tuve la oportunidad de hurtar un beso al inocente hombre de hielo.

Ajito la cabeza de lado a lado para sacar esos libidinosos pensamientos de mi cabeza y tratar de enfocarme en lo que tenía que hacer; descender, encontrarme nuevamente con mis nuevos compañeros y despedirme por tiempo indefinido de la, siempre tan ajetreada, mansión X.

Aun cojeo un poco a causa de los “recuerdos de guerra” que adquirí en la mortal Genosha pero no es nada que no sea capaz de superar. Al bajar me encuentro a mis compañeros charlando divertidamente en el vestíbulo de la mansión X. Sin miramientos camino hasta donde están y dejo caer mi desgastada mochila en el piso bajo mis pies.

- si, si, si la verdad es que Emma Frost es una perra sexy y, por lo que he escuchado, creo que su comadre la perra negra es toda vía peor pero no vamos a resolver nada aquí parado – expreso y, entonces Jaime interviene para darnos las ultimas instrucciones.

Asiento con exagerada valentía al escuchar las palabras de nuestro nuevo jefe. Solo espero que no sea tan apretado como el “estirado” de Ciclope. Sin cuestionarlo, tomo mi equipaje y lo sigo hasta la puerta junto con mis compañeras.

- Rictor ¿sabes conducir? - dice antes de cruzar el umbral que nos lleva a la entrada de la mansión donde nos está esperando una flamante camioneta “Hummer” en color gris, dispuesta para nosotros y para dar comienzo a nuestra aventuras.

- ¿Qué sí sé conducir? ¡Puff! Por favor, Jamie, podría encender el motor sin usar la llave…- admito alegremente, recordando algunos talentos que adquiri al juntarme con Tabbi y me aproximo a la potente maquina para contemplarla mejor. Posteriormente dejo mi maleta en el piso y miro a mis colegas con los brazos sobre la cadera y con una expresión singular, como si tuviera que confesar algo verdaderamente importante y, de hecho, así es – con mucho gusto conduciría esto pero hay algo que deben saber; no tengo “licencia” – hago una pausa y humedezco me humedezco los labios usando la lengua – de hecho, ni siquiera tengo “papeles” en este momento, mi visa expiró hace algún tiempo y no la he “renovado”- siento las miradas de mis compañeros que oscilan entre la diversión y el reclamo - ¿Qué?- interrogo alzando los hombros – no es la primera vez que me las ingenio para pasar así de un país a otro “clandestinamente” – chasqueo la lengua y medito un poco sobre mi situación y las agravantes que representas ser “ilegal”, mexicano, no heterosexual y, por si fuera poco, mutante en este país.

Al salir de “Cerebro” soy recibida de mala manera un puñado de hombres-X y ninguno de ellos fue capaz de interceder por mí cuando Scott decide lanzarse en mi contra como un perro de ataque bien adiestrado a pesar de los importantes favores que desde hace unos días realizo en beneficio de su organización. Pero ¿Quién los necesitaba en ultima instancia? Después de todo, había aprendido desde pequeña y de mala manera que solo podía confiar en mi misma.

-No sé Xavier, pero aún estás a prueba para mí. Y créeme, estoy esperando a que cometas el primer error- me advirtió el inmaculado Cíclope antes de que pudiera decir nada. No pude más que sentir pena por el.

- ¡Oh, Scott! ¡eres tan viril, tan fuerte y tan macho! – gemí con falsa excitación sexual cuando aun estaba sometida entre el mutante y la metálica pared de Cerebro. Lo exagerado de mi bramido, casi equiparable al realizado por miles de malas actrices pornográficas hizo que el resto de los presentes voltearan y froto vigorosamente mis hermosos senos como si intentara contener tan desmesurada satisfacción – no sabes lo mucho que me excitas cuando dejas de esconderte en el regazo de Xavier y haces un intento mediocre por comportante como un hombre de verdad y al final acabas comportarte como un bravucón con una mujer indefensa y débil como yo que solo intenta redimirse; ya sé porque Jean está tan enamorada de ti-

- ¿Ahora que vas a hacer? ¿me vas a golpear aquí enfrente de tus compañeros?- La reacción del mutante, al ser ridiculizado por mi persona, tardó unos instantes en presentarse pero al final soltó mi muñeca y se dio la media vuelta caminando impetuoso hacia el Ave Negra mientras sus compañeros, francamente desconcertados, no sabían a donde mirar.

Yo me recargo en el muro y les coqueteo a los tres con un cándido guiño y pasando la lengua sobre mis suculentos labios. Finalmente, todos, sin emitir una sola palabra, caminamos rumbo al hangar.

Al abrirse las puertas del puerto subterráneo frente a mi, mi rubia cabellera se agitan con elegancia y sigo caminando hasta el avión.

Xavier, de igual forma que sus pupilos, lo supo desde el principio, mi lealtad esta orientada únicamente a las personas que representan algún beneficio hacía, ya sea que me llenen de lujos como joyas, lencería y autos o simplemente, me traten con respeto y puedan ver más de mis “exquisitos” antecedentes; personas como Remy, con quien comparto una naturaleza similar o el pequeño Kevin, cuya inocencia me renueva y me hace sentir nuevamente como una humana.

Cuando abordo el avión me topo con que todos ya están adentro. Scott ocupa el asiento del piloto, cosa que no me sorprende y me acerco a él poniendo mi mano derecha sobre su hombro – retomando la cuestion de mis errores a futuro debo admitir que ya cometí varios; el primero de ellos fue suponer que además de Xavier alguén más pudiera albergar alguna esperanza de redención para mí, el segundo, consistió en salvar tu anodina existencia en Genosha e imaginar que eso cambiaría la forzada opinion que tienes de mi; si quisiera traicionarlos todos ustedes ya estarían convertidos en vegetales-

- ahora hablemos de tus errores ¿quieres?- aplico fuerza en mi extremidad diestra para evitar que el mutante se levante. Un sepulcral e incomodo silencio se apodera entonces del aeronave – estás tan ocupado con tu esfuerzo infantil de marcar una diferencia entre el bien y el mal que perdiste la capacidad para distinguir la rica gama de grises que se esconde entre el blanco y el negro y tu amado mentor no ocupa el peldaño de mayor brillantez ¿Qué? ¿Eres tan inocente como para creer que no le sacará provecho a mi falta de escrúpulos y a tu sobra de ética? Por suerte, mi estancia en la mansión y, aunque te pese aceparlo, en la patrulla X no dependen de ti sino de Xavier…-

Mis palabras eran suficientes para desbordar las emociones de cualquier persona y estaban diseñadas para cumplir el mismo propósito. Mientras los otros me miraban sin saber muy bien como reaccionar yo sigo hablando.

- ahora Scott, tienes mucha razón, no sabemos si el circulo interno esta involucrado en todo esto. Por esa razón, será sensato evitar cualquier clase de confrontación más que nada por el bien de tus chicos. Sí, puede que estén bien adiestrados en combate pero su fuerza no rivaliza con la de Sebastián ni la de Selene; mucho menos con su astucia así que obtendré la información yo misma ¿está claro? si sospechas, puedes escuchar la conversación por medio de los transmisores – decreto y sin decir otra palabra o permitir que alguien más lo haga, avanzo en el interior del avión y me siento a un lado de Piotr. El me mira con preocupación y recelo, cosa comprensible considerando que su querida hermanita está secuestrada por la mismismo reina negra una de mis antiguas colegas.

- tranquilo fortachón – le digo en un intento por consolarlo – tu hermana estará bien – sonrió y miro por la ventanilla – sus poderes son asombrosos y no hay nada que Selene o Sebastián admiren más que el poder, así que las chicas estarán bien… siempre y cuando representen alguna utilidad para el circulo interno- murmuro finalmente.