S01xEp. 02 - Lethal Metal

Pronto, a nuestra reunión se suman Bobby y Kurt. No los había tomado en cuenta simplemente porque no tenía idea de donde estaban. Escucho los planteos y dudas de los demás con atención, y lamentablemente voy a tener que ganarme la bronca de algunos compañeros más. Es la parte mala de ser líder. Pero debo afrontar esta situación con determinación, y debemos hacer lo que hay que hacer. Tienen razón con el asunto del transporte, y existe una solución, la que representa el camino difícil, el que todos esquivan. Pero como líder debo hacerle frente.

-Bobby, Kurt, me da gusto verlos con nosotros y me gustaría disponer de sus servicios. Jean, Warren, usaremos el Blackbird. No contamos con un transporte para más personas, y conseguir algo así nos limitaría y perderíamos tiempo. Esta misión es para rescatar a nuestros compañeros y estudiantes secuestrados, para nada más. No iremos a hacer beneficencia. Lamento decirles que si existen más mutantes secuestrados, no son una prioridad en estos momentos. Debemos acabar con el ejército de Centinelas, eso seguro, pero lo principal es traer a nuestro equipo con vida. Si alguien tiene algún problema con esta decisión, le pido que vaya a discutirlo con el Profesor X. Soy el líder de los X-Men y debo tomar las decisiones que hay que tomarse, y hacer lo que hay que hacer.

Los observo atentamente a todos, especialmente a los dos que llegaron, Remy y Emma. No soy telépata, pero tampoco soy estúpido, no necesito ver en sus mentes para hacerme una idea de qué sucedió. No voy a tolerar en estos momentos una pelea de pareja, estando Rogue presente. Antes de cada misión mis nervios se disparan, tengo demasiada presión en mis hombros y debo hacerlo bien. Todos tienen que hacerlo perfecto. Cuando termino de decir esas palabras, Jean se me acerca y me pone al tanto de un nuevo inquilino que podría representar una amenaza.

-No te preocupes, con Ororo y Charles cerca, dudo que sea una amenaza -luego me dirijo al resto.- Los quiero ver a todos en el hangar en diez minutos con sus uniformes X. No podemos esperar a nadie, quien no se presente se quedará en la mansión con los estudiantes. Espero que tengan una buena excusa si los encuentra el Profesor.

Suspiro suavemente y vuelvo mi atención nuevamente a Jean. Quiero sacarme algunas dudas antes de partir.

-¿Cómo se encuentran Kevin y Moira? ¿Se normalizó la situación?

Por fin arribamos a esta parte del país, donde me espera Influx con el encargo de Forge. Una herramienta decididamente útil para el futuro que se avecina. Claro que en ese futuro, no todos vamos a sobrevivir. Y debo prepararme desde ahora, solo los fuertes e inteligentes sobreviven. El jet sobrevuela los bosques aún intactos de Dakota del Sur, buscando el claro con la cabaña donde vive nuestro cheyenne compañero. El piloto que contratamos aterriza con suavidad la nave, disponiéndome a salir de ella con calma, detrás de Donald, que abre la marcha. Observo fuera de la vivienda a Forge, mirando como atontado la situación, a Fausto con mi casco bajo su brazo y a Selene a su lado. Les dedico a todos una amplia sonrisa, cubierto con mi sobretodo negro.

-Vaya, vaya, vaya, miren que trajo la marea. Debo admitir, bella Reina Negra, que temía que no aparecieras. Pero supuse que el poder y la posición que ofrece el Hellfire Club es demasiado tentador, más que nada para un alma tan corrompida como la tuya -mi concentración pasa de ella al joven de la familia Marvelli.- Excelente, Caballo Negro, has cumplido tu cometido. Por cierto, ahora eres el Caballo Blanco, dado que tengo bajo mi ala a una joven promesa. Entrégale el casco a Pierce.

Como si todos estuviesen de decoro para mi evaluación, ahora me dirijo a Forge, un joven que me serviría bastante en mis futuros planes. Pero sé como es él, Donald lo estudió atentamente estas semanas. Jamás se uniría de buena gana, y tampoco acostumbro tomar rehenes. ¿Qué podría hacer con él?

-Forge, amigo mío, es una lástima que tuvieras que cooperar de esta forma. Te puedo asegurar una de las mejores posiciones en el futuro orden mundial, pero eres de las tendencias más idealistas, ¿cierto? Más del estilo de Xavier. Lamentablemente, los que sueñan no suelen despertar para ver que sus sueños jamás podrán cumplirse en el mundo que vivimos. Solo vivirán los más fuertes y los que acepten que la supervivencia de la forma que sea será lo más acertado. ¿Aún no quieres participar? Que lástima, no quería llegar a esto, por lo general no lastimamos a los nuestros -digo, como si de verdad me respondiera, aunque es un monólogo de mi parte. Me acerco a él y le susurro en el oído.- Pero no puedo dejar que alguien tan poderoso juegue del otro lado, lo lamento.

Me doy la vuelta, lamentando lo sucedido, y me coloco frente a Donald, siempre sonriendo. En sus manos sostiene lo que vine a buscar, lo que me mantendrá al margen de la próxima... guerra de poderes. Extiendo mi mano y me entrega el casco, similar al que usa otro enemigo mío, aunque él ni sabe que existimos.

-Hermoso, nada menos que fantástico -digo, mientras me lo coloco poco a poco en la cabeza, para luego observar a mis tres compañeros.- Saben para que sirve, pero no tienen ni la menor idea de para que lo quiero. Tiempo al tiempo, hermanos míos.

Extiendo mi mano a Selene, sonriéndole con elegancia y encaro hacia el jet.

-Acompáñame, Reina mía, debemos regresar a la capital del mundo libre. Si todo sale como lo planeado, en menos de una semana la Tierra llevará el sello del Hellfire Club -cuando pasamos junto a mi Alfil Blanco, le susurro.- Desháganse de Forge.

-Muy bien, señor.

La arena del reloj comienza a caer, y los vientos están cambiando a nuestro favor. Solo necesito la presencia de cierto pájaro de fuego, que mis hombres deberán atrapar y traer ante mí.

La situación tenía bastante tensa y preocupada a Jean, aunque todo el asunto de Kevin no es algo de lo que yo deba ocuparme. Ella parece creer que me voy a hacer más problema por ello, pero con una sonrisa intento demostrarle que no es así como me siento. Y cuando me dice lo último me dan ganas de reír, pero en vez de eso rodeo su cintura con mis brazos y la abrazo suavemente contra mi, rozando mis labios con los suyos, pero mirándola especialmente a los ojos. Me gusta que se preocupen por mí, como todos, pero antes prefiero yo preocuparme por los demás.

-Jean, nunca me molestó eso, descuida. Soy consciente de que al principio les cuesta aceptar determinadas realidades, pero al final siempre entran en razón. Ahora mejor vamos al Blackbird antes de que me den ganas de llevarte a la habitación -le digo, sonriendo con cierta picardía.

Pero antes de que pueda responderme, dos personas nos interrumpen, obligándonos a separarnos para no mostrar una imagen... un tanto inoportuna para el momento. Se trata de Ororo y Joshua, que al parecer vienen a reportarnos algo. El primero en tomar la palabra es el joven estudiante, y antes de que siga con el asunto, prefiero cortarlo.

-Si se trata de una misión, Joshua, pero no podrás acompañarnos. Puede ser peligroso y deseo que sea rápido y efectivo. Es por eso que iré con los X-Men, sin estudiantes -me giro a Ororo y le digo, con calma.- Lamento no haberte llamado, pero con tantos problemas actualmente en la mansión, preferí que te quedaras ayudando al Profesor. Espero que no te moleste, pero te necesitan más aquí.

Tengo que ver que sucede con Hank, si no lo encuentro en el camino, lo mejor será que también se quede en el Instituto.

LONGSHOT (actual Caballo Negro del Círculo Interno)
Alienígena artificial creado mediante ingeniería genética | HELLFIRE CLUB
Con Riptide y luego libre
En alrededores de Westchester y luego Mansión X

El jet al que me hicieron subir en Washington me trajo a New York, pero no a la cuidad, sino a las fueras, exactamente a la zona de Westchester. No sé que puede querer Sebastian en un lugar como este. Janos partió antes de que lo hiciera yo, para ir preparando el terreno de mi próxima irrupción. Debo admitir que algo que me gusta de este mundo es volar, especialmente en estas naves que son tan rápidas. No tardamos demasiado en llegar a nuestro destino, teniendo que recorrer la distancia entre el hangar privado y el lugar donde me espera el mutante conocido como Riptide. Llego allí en moto, y el panorama no es ninguna Navidad: parados sobre el tejado de una casa alta, puedo apreciar una mansión no demasiado lejos, con ventanas iluminadas y un extenso jardín, con un bosque en las cercanías y un acantilado del lado trasero. No será fácil, pero tampoco complicado, confío en mi suerte, tal como me dijo el señor Shaw.

-Entrarás por debajo -me dice Quested, mirando con unos binoculares y señalando la calle.- Te valdrás de un sistema de alcantarillado que te llevará hacia la despensa subterránea de la Mansión Xavier, en la zona noroeste. No conecta con los túneles subterráneos de alta seguridad, por lo que tendrás un acceso a la despensa superior y de allí a la cocina. En la mansión aún hay actividad, te sugiero que vayas directamente hacia tu objetivo y pases desapercibido. La habitación de la chica es la que da al océano, entre las dos columnas con las enredaderas. Tienes treinta minutos para entrar y salir.

Bien, no es difícil. Me coloco el traje especial que me prepararon los del Hellfire Club, con diversos sensores incorporados que anulan los sistemas de vigilancia de la mansión, aunque no así los poderes de los mutantes que allí residen. Riptide me da el prototipo de una máscara de cerámica* que dicen podría funcionar para que no me localicen los telépatas, aunque una vez que quieran entrar en mi mente, se los permitiría. Eso no importa, lo que cuenta es que no sepan que hay una mente a la que puedan entrar. Salto a la calle desde el techo, aprovechando la liviandad de mis huesos huecos, que me permite aterrizar suavemente en la calle como una pluma... o un pájaro. Entro a la marcada alcantarilla y avanzo cautelosamente por los asquerosos túneles, siguiendo un aparato de tipo GPS que me indica donde debo detenerme. En un momento determinado y en un punto específico del túnel giro hacia la derecha y penetro en una cámara lateral que me lleva por una escalerilla hacia la despensa inferior, en donde guardan los alimentos no perecederos de emergencia. Desde allí es fácil llegar hacia el interior de la mansión. Agradezco a quien haya creado este traje, de no ser por el ya me hubieran calcinado todas las armas que tienen ahí abajo. ¿Qué será este lugar?

Cuando llego a la despensa superior, me encuentro que por suerte no hay nadie, ni allí ni en la cocina. Más tranquilo por la situación, camino hacia las escaleras principales, pero me llegan los sonidos de unas voces provenientes de una habitación cercana, por lo que mejor decido salir por una ventana. Mi suerte me sigue acompañando, porque alguien dejó abierta la ventana y salgo justo debajo de las columnas con las enredaderas, que uso para subir hacia la habitación de la chica a la que debo secuestrar. Observo el lugar, pero no me encuentro con nadie. Cierro los ojos con fuerza, intentando concentrar mis poderes de suerte para que jueguen a mi favor, pero nada sucede. ¿Qué está pasando? Debería haber sido sencillo. Miro en derredor y encuentro unos lentes rojos en una mesita de noche y diversas prendas de ropa en el suelo, al igual que las sábanas. Enarco una ceja ante el claro desorden, pero no le doy importancia. Me acerco a un mueble y veo diversas fotos: una chica pelirroja y uno chico con lentes rojos abrazados, otra de ellos... otra más... otra... una de la chica pelirroja cuando era una niña y con lo que parecen ser sus padres, una del chico de los lentes con otro chico rubio levantando el pulgar frente a la cámara, otra de la pareja... una donde se ven a cinco chicos con trajes azules y amarillos, uno con alas, otro con pies enormes, otro parece de hielo, y la pareja repite nuevamente... Parecen tener toda una vida. Me pregunto que puede representar esta chica en la vida del Hellfire Club, no parece tener nada en especial... al menos no a simple vista.